PARÍS – Confianza no le falta: es él mismo el que se define como un «Fórmula 1». Mariano Navone, argentino de 23 años, marcó un récord en París: es el primer jugador en la era abierta del tenis que debuta en un Grand Slam como preclasificado. Es el trigésimo primer favorito del Abierto de Francia, pero nunca antes había jugado en el cuadro principal de uno de los cuatro grandes.
«Sé que entré como el primer preclasificado de la historia. Hay un montón de cosas que sé que hice. Cosas que me las gané obviamente en la cancha», dijo el argentino tras derrotar 5-7, 6-1, 6-3 y 6-0 al español Pablo Carreño.
Un año atrás, Navone estaba fuera de los mejores 200 del ranking mundial. Su progresión, desde entonces, fue meteórica. En febrero de 2024 ingresó a los cien primeros, en abril a los 50 mejores. Tiene casi asegurado un lugar en el equipo argentino para los Juegos Olímpicos de París. Todo, resultados de cinco títulos en el circuito challenger en 2023 y dos finales en el de la ATP, en Río de Janeiro y Bucarest, este año, además del título en el challenger de Cagliari.
«Lo mejor que hice fue empezar a tener un equipo formado para un gran nivel», explicó Navone, jugador de mirada franca y sonrisa fácil, un joven que claramente está disfrutando lo que hace.
«Creo que es un conjunto de cosas donde yo termino siendo como la persona que preparan. El Fórmula 1, digamos», graficó el jugador entrenado por Andrés Dellatorre.
«Hay un montón de gente que piensa 24 horas en mí al mismo tiempo. Hay muchísima gente que está pensando todo el tiempo en qué podemos hacer para mejorar y demás. Después yo funciono bien y aprendo. Y también en la cancha, más allá de lo que me dicen de afuera, voy tomando buenas decisiones, obviamente».
«Pero gran parte de todo lo que me está pasando es porque vamos con el equipo, creemos en una idea y vamos atrás de eso».
De los torneos future y los challenger que fueron su vida hasta hace poco, a un Grand Slam: la distancia es sideral, admite.
«Los jugadores que ves, las canchas en que jugás. El otro día tuve la chance de entrenar en la Philippe Chatrier. Y es otro deporte estar jugando bajo las grandes luces. Obviamente. Te impresiona lo que mueve un Grand Slam. La gente que mueve. Lo que son esos estadios llenos, ni hablar de términos de alojamiento. O de la comida. ¡Lo que es el buffet acá! Es perfecto. Podés comer lo que quieras. A la hora que quieras. Entonces, es mucho más fácil jugar de esta manera».
¿Los Juegos Olímpicos? A Navone se le fija la sonrisa. «Los miré desde que era chiquito. Toda mi familia ha mirado mucho los Juegos Olímpicos. A mí me encantan. Así que es un sueño muy lindo ser olímpico o ser atleta olímpico. Voy a disfrutar mucho de ese París».
